Reflexiones

Son estas amanecidas las que me hacen pensar... las que me alejan de la apresurada realidad en la que vivo... reflexiono, te recuerdo... y te extraño. Juré escribir tu historia, para que todo el mundo la conozca. Sé que he priorizado otras cosas y no te he visitado, no he hablado contigo. Pero nunca pienses que no te recuerdo, que no estás en cada uno de mis pensamientos. Todo lo que hago lo hago por tí. Sé que hubieras estado orgulloso porque hice todo lo que algún día de niña te dije soñaba con hacer. La voy a cuidar, lo juro. Aunque no la haya ido a ver, aunque no me haya dado el tiempo. Creo que aún me queda algo, ¿verdad? Aún puedo arreglarlo.

Me levanto cada día con flojera pensando que todo lo bueno ya pasó, que ahora sólo es un recuerdo, algo que hice, algo que cuento con orgullo, algo que ya es pasado y que no regresará nunca más. Y son estas noches en las que recuerdo y me pongo a pensar, me vuelvo nostálgica y te extraño, quiero verte y quiero contarte todo lo que hago. Pero nada, no pasa nada. Sigo aquí, extrañándote, queriéndote ver, y rogando por regresar el tiempo y cambiar esas últimas palabras que te dije, mejor dicho, que no te dije. Todos saben que me cuesta mucho expresarme, decir lo que verdaderamente siento... y vaya, me pasó contigo, no te dije lo mucho que te amaba y todo lo que quería hacer contigo. Ahora ya no estás y sólo me queda eso... tu recuerdo.

No me voy a deprimir, mucho menos hacerlo con los demás. Sólo quería compartir, quería volver a sentir este blog como mío. Sin intrusos que se fijen de qué escribo o cómo pienso. Quería volver a sentir este blog como parte de mí, una parte que nadie tiene derecho a criticar. Si les gusta, bravazo. Y sino, lo siento mucho. No va para todos... ustedes saben quiénes son.