Maratónica caminata en busca de teatro

Y sí, al fin encontré uno decentito para poner mi segundo musical.

Cuando estaba terminando mi última clase de hoy, me llegó un sms al celular diciéndome que ya había sacado cita y debía ir a ver el teatro que estábamos considerando: el Sta. Ursula.

J y yo nos reunimos en el cruce de Javier Prado con La Molina para ir a ver el auditorio de ese colegio que, según nos habían dicho, estaba más que excelente para la obra. Cuando llegamos al auditorio lo primero que se me vino a la mente fue: ópera. Y es que sí, el teatro estaba alucinante, pero para el musical no se acomodaba mucho por cuestión de luces.

Una vez que pasamos a conversar con el encargado (un anciano francesito muy, pero muy amable) nos invitó un café que, por no desairearlo, acepté. Mala decisión la mía... ¡yo no tomo café! Para remate me dice: Escoja. Y me enseñó como ocho tipos diferentes... ¿a qué miércoles sabrá cada uno?, ¿qué diferencias tienen? Tamare... opté por decir: ¿Cuál me recomienda? Al final no sé ni cuál me dieron, sólo sé que nunca más tomaré café... no quiero recordar el amargo sabor.

Pasamos a su oficina a hablar de la garantía, precio fijo por función y elegir fechas. Mientras yo trataba de evitar poner cara de asco al tomar la caliente infusión, el viejito me enseñaba en el calendario las fechas libres y me preguntaba de qué se trataba mi obra.

- ¿Dé que me dice que se trgata?
(Reincorporándome en mi sitio después de un retorcimiento de rostro debido al amargo sabor del café)
- Ehm... la escribí yo y... la música es tratada con Apdayc. Pero... ¿cuánto es la garantía?, ¿y lo que piden por función?
- Bgueno, aquí el alquileg tiene pgecio fijo. Coggresponde
a ****** dólagges.

Juat???? Pensé. A la michi... no habían otros teatros disponibles. Caballero no más, tenía que aceptar. Luego empezamos a coordinar las fechas y me di cuenta de que las que quería estaban ocupadas. Había estado tan concentrada en no distorsionar mi rostro al tomar el café que no había estado escuchando lo que me decía el señor acerca de los días disponibles.

Salimos desilusionadas del auditorio. Aún no teníamos teatro y ya se nos agotaban las opciones. Sólo quedaba una.

Caminamos bastante. Como no pasaba ni medio taxi tuvimos que caminar todo el Golf para llegar al colegio Belén. Me habían dicho que su auditorio estaba bien, así que debía verlo para descartar opciones o, en el mejor de los casos, cerrar el trato de una vez.

Llegamos como a las nueve de la noche. Para nuestra suerte, aún atendían. Cuando entramos sentí un alivio alucinante. La cantidad de butacas era precisa, era muy limpio y presentable. Tenía estacionamiento y un recibidor muy bonito. Camerinos espaciosos y full equipo de sonido y luces. Era perfecto.

- ¿Cuánto está el alquiler? - pregunté
- Ah bueno, de eso yo no sé nada. Tendría que hablar con el administrador. Si quieres de lo paso, tenemos RPM.

Fue la mejor conversación telefónica que he tenido durante toda la semana. Todo lo que quería escuchar, lo escuché. El precio era baratísimo para lo que era el auditorio.

Y bueno mi querida blogósfera, caminé horas de horas (hoy comencé en Miraflores y terminé por el mar... caminando), días y días, buscando teatro, pero ya es oficial: conseguí teatro. Era cosa de buscar en los lugares adecuados.

--> De pronto se me ocurrió que sería paja regalar entradas a los bloggers que se pasen por acá... ¿les gustaría ir a verla cuando estrene? :)

Por cierto, Musa sorry por no darte entradas para el musical anterior! Andaba con la cabeza en otra parte (te conté todo el rollazo...) Ahora no te preocupes, tus asientos están separados :D