La Parada Artística

Tienes que soñar en grande para ser grande.

27 agosto 2007

Origen de los vampiros

A los fanáticos de Harry Potter probablemente les guste mi historia, ficticia por supuesto.

Hace un par de años se propuso un desafío en un grupo del cual formo parte: escribir el origen de los vampiros. Yo lo hice la misma noche en que asignaron la tarea. Cuando terminé mi historia estbaa muy orgullosa de resultado...pero ahora que la encontré entre los papeles que estaba a punto de botar a la basura, veo muchas cosas que me gustaría cambiar y unos cuantos errores de redacción, pero qué más da, ahí les va:

"Alrededor del año 1405 D.M. gobernaban un ambicioso faraón: Enkil I, y su esposa Akasha. Todo en aquel reino egipcio estaba plagado alegría y hermosa arquitectura: pintorescas paredes, alegres y fieles sirvientes y un pueblo que vivía en paz y armonía...al menos eso se pensaba.

Se podría decir que todo era perfecto, a excepción de una cosa, uno de los sirvientes de la reina, exclusivo de ésta, era la única persona capaz de acabar con la felicidad de sus compañeros con sus pedantes palabras, llenas de resentimiento y odio. Mucho se rumoreaba que Rómulo guardaba aquellos sentimientos debido a su extraña y exagerada preocupación por Akasha, la reina de Egipto, vista por algunos como una obsesión, y por el exceso resentimiento y odio hacia Enkil, precisamente cuando éste mostraba señales de afecto a su esposa.

Rómulo, a pesar de ser un sirviente exclusivo de la reina, se escabullía por los terrenos de Egipto para estar presente en las escenas de tortura contra aquellos sospechosos de estar planeando una conspiración para derrocar al faraón. Parecía gustarle ver la sangre correr por las espaldas de los azotados. Al menos eso se entendía al ver esa mirada perversa, perdida en su mundo, mirando al vacío...con una sonrisa que cubría su rostro. Hubo momentos en los que se pudo ver saliva corriendo por sus labios, como queriendo saborear aquel líquido grumoso, de color rojo intenso.

La reina acostumbraba a bañarse en un lago en las afueras de los terrenos, en un desierto inhabitado, donde sólo estaba ella. A veces era acompañada por Enkil, a excepción de los momentos en los que éste se encontraba dando instrucciones a los sirvientes. Un día, cuando el sol estaba a punto de ocultarse y las brisas del viento invitaban a tomar un refrescante baño, acompañada del sonido de las hojas moviéndose, Akasha decidió darse una escapada de los terrenos e ir a darse un baño. Estaba sola, se aseguró de que nadie la observara y se quitó la vestimenta que la cubría. Se sentó al borde del lago, su cuerpo totalmente cubierto por el agua y su cabeza reposando en la tierra, con los ojos cerrados...relajándose...Cuando de pronto escuchó el crujir de unas ramas. Alguien la estaba observando, y no había sido lo suficientemente cuidados de no hacer ruido. Giró su cabeza y vio a su fiel sirviente, Rómulo. Éste la miraba de reojo, nervioso y con la cabeza gacha. Akasha no alcanzaba a ver por completo el rostro de Rómulo, sólo lo reconoció por su vestimenta y su cabello largo hasta los hombros, color café, sucio. Akasha se dio cuenta del porqué su sirviente no la miraba directamente, ella al escuchar el crujir de las ramas volteó rápidamente sin darse cuenta que había dejado al descubierto parte de su cuerpo. Cogió rápidamente su ropa y se la puso aprovechando mientras Rómulo no la veía. Cuando hubo terminado, hizo sonar su garganta en señal de que ya la podía mirar. El sirviente levantó el rostro, seguía nervioso, y le dijo tartamudeando:

- Ehm...el rey Enkil la busca, su majestad. Dice que es urgente que usted se reporte a los te-terrenos...ehm...parece que es importante.
- ¿A los terrenos?, ¿qué parte?, ¿nuetras habitaciones?, ¿algo malo ha pasado? - preguntó muy intrigada.
- Rómulo no está seguro de qué ha pasado, su majestad. Pero el rey no la cita en sus alcobas, sino en las afueras de la fortaleza...ehm...en las afueras de la fortaleza su majestad.

Akasha por los nervios anteriores de haber sido vista semidesnuda no había notado lo extraño en el rostro de Rómulo, pero luego se dio cuenta y se sintió aterrorizada.

- ¿Es eso sangre?, ¿tus dientes están llenos de sangre?
- ¿Eh? - el sirviente se limpió rápidamente con la lengua - Ehm...no señora..es es..su majestad, el rey dijo que era urgente.

Akasha no quiso hacer más preguntas, nunca se había preguntado qué labores mandaba hacer Enkil a sus sirvientes, y después de ver aquello, no quería saberlo.

Siguió rápidamente a Rómulo y llegaron juntos a las afueras de la fortaleza egipcia. Estaba montado un transporte de la época, jalado por dos camellos. Rómulo señaló a la reina, indicándole que suba.

- ¿Subir?, ¿dónde está Enkil?
- La está esperando, su majestad. Mis órdenes son de llevarla hasta él...

Akasha no podía desconfiar de su sirviente, al fin y al cabo, llevaba años sirviéndole. La reina y Rómulo viajaron alrededor de tres hoas. Luego Rómulo paró el transporte. Estaban muy lejos de los terrenos, en un lugar totalmente desierto.

- ¿Qué pasa?, ¿por qué nos detenemos? - preguntó Akasha

Rómulo de pronto volteó hacia ella, cada vez parecía más nervioso. Akasha notó en su sirviente la saliva que corría por sus labios, goteando de su barbilla.

- ¿Rómulo?, ¿es-estás bien? - ahora era Akasha la que tartamudeaba
- Rómulo está muy feliz, porque Akasha al fin será suya...

Akasha entró en pánico, no quería entender lo que su sirviente decía. De pronto vio que Rómulo sacó algo parecido a una vara de madera de su bolsillo.

- Ehm...¿qué...qué es eso?
- ¿Esto?, ohh...esto es muy valioso para Rómulo su majestad, muy importante...y muy valioso...esto es uan varita mágica.

Akasha no sabía si reírse o ponerse aun más nerviosa. ¿Magia? Había escuchado sobre eso, pero no creía en ella. Aunque estaba empezando a dudar al ver esa mirada perversa de Rómulo.

El sirviente levantó su varita hacia su boca y murmuró: Denti Filus
Akasha no logró ver el efecto hasta que su sirviente le sonrió y dijo:

- Así está mejor...será más sencillo.

La reina estaba aterrorizada, ahor veía los dientes de Rómulo filudos, llenos de sangre.

- ¿Dónde está Enkil?...¿dónde? - preguntó ansiosa
- Ese...señor... no está aquí, ni tampoco cerca. Así que guarde silencio mientras hago lo que tanto he anhelado mi apreciada señora...
- ¿Rómulo?...¿qué estás hac..?

El hombre de cabello largo y con sangre en los dientes se acercaba lentamente hacia su reina. La cual no retrocedía, queriendo dar muestra de su valor. Rómulo aprovechó este gesto de la reina y se lanzó sobre ella para morderla en el cuello, dejando derramar sangre alrededor de su boca. Succionaba...mientras la pobre Akasha gemía de dolor, hasta que su voz se fue callando...

La reina cyó desmayada a los pies de Rómulo, quien se sentía triunfante. Akasha no iba a poder separarse de él, eran los únicos de su raza. Capaces de convivir entre ellos, mas lejos de los demás...lejos de Enkil...a quien tanto odiaba.

Iba abriendo sus ojos, Akasha apenas lograba ver la luz de la luna, se sentía débil. En cuadno recordó todo, se levantó lo más rápido que pudo. No veía a Rómulo por ninguna parte...¿lo había soñado todo?...se tocó el cuello, y sintió aterrorizada las huellas de la mordedura de su sirviente. Asustada y temblando, empezó a correr lo más rápido que pudo, corría y corría, sin conocer la dirección. En cuanto llegó a una zona poblada de pequeñas casas fue identificada y llevada junto a su esposo, junto a Enkil.

Parecía haber pasado muchas cosas en su ausencia. Enkil al verla la abrazó fuertemente y la besó. No llegó a preguntarle dónde había estado, cuando Akasha vio a decenas de sirvientes tirados en el suelo, sangrando...muertos.

Akasha no tardó en darse cuente de lo que había pasado. Rómulo no sólo la había atacado a ella, sino a todos ellos. Pero...había cierta diferencia...ellos no tenían mordeduras en el cuello...habán tenido una muerte mucho peor de la que se hubiera imaginado la reina. Habían sido atravesados con sus propios instrumentos de trabajo.

Le contó todo a Enkil, y éste, aterrorizado esperó ver los efectos que causaría esta mordedura a su esposa. Hasta llegada la noche, logró verlos. Lo que divisabab sus ojos sólo indicaba una cosa: la reina debía ser sacrificada. Enkil no quería, pero por la seguridad de su pueblo, debía.

Pasaban las horas, la reina estaba encerrada en su habitación para que no pudiese atacar a alguien. Enkil decidió ntar a su habitación, donde Akasha lo esperaba. El faraón no terminaba de entender lo que era esto, pero le dijo a su amada que lo atacase.

- ¡¿Qué?!, ¡¿acaso has perdido la cabeza?
- No, para nada, es la única manera de que estemos juntos, si somos iguales no nos atacaremos. Admás, Rómulo ha sido encontrado y ejecutado. Al parecer lo único que le hacía daño eran las armas de madera...todas lo atravesaron.

Akasha había entendido, sus miradas se encontraron y la reina se acercó lentamente al cuello de Enkil, rey de Egipto.

Los sirvientes no fueron capaces de ejecutar a sus propios gobernantes, así que para mantenerlos como una leyenda, los encerraron en algo parecido a una cueva bajo la tierra donde se situaba la fortaleza egipcia. Encerados, abandonados a su suerte.

Akasha es considerada la primera vampireza de la historia, y Enkil, su esposo, como el primer vampiro, puesto que Rómulo se convirtió en tal criatura a causa de un hechizo no verbal, por eso no se conoce. Sólo se sabe cómo obtuvo sus filudos dientes, produciendo así, una raza temida por los hombres, por los mortales. Quienes llegaron a ponerle nombre a estas temidas criaturas: Vampiros. Y se sabe que se reprodujeron en el tiempo en que esta cueva fue encontrada, y como le pasó a mis compañeros de trabajo al visitarla. Todos los que osaban interrumpir el sueño de los reyes egipcios eran atacados, a veces asesinados. Pero en algunas ocasiones, sólo si los reyes los consideraban dignos, dejaban que se escapen.
Con los años les nació uan amargura por estar encerrados, sin probar una sola gota de sangre. Yo, por ser mago, y recordarle a Akasha a Rómulo, fui dejado en libertad, pues ahora parece que le gusta tanto la sangre, que le ha llegado a causar tal satisfacción, qu le agradece a su sirviente el haberla convertido en tal temida criatura."

Aquí un boceto de Rómulo:

Romulo by ~miscrapbook on deviantART

...¿soy yo o hice su cabeza demasiado grande?...lo corregiré antes de pintarlo en el Photoshop.

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