La Parada Artística

Tienes que soñar en grande para ser grande.

02 diciembre 2008

Chiquitita, una obra de ensueño

Se acabó. El domingo 30 fue la última función y tuve teatro reventando. Todo como lo soñé, como lo imaginé desde que escribí el guión.


Aún recuerdo cuando lo escribí en casa. Hice al menos cuatro borradores hasta que quedó el final (del que igual hice varios cambios al dirigir la obra), lo llevé a la universidad a mostrarlo a unas amigas que estuvieron conmigo en la obra del verano y ellas me decían: Oye, es como tu hijo, ¿no? ¡Lo llevas a todos lados! Y sí pues, literalmente, lo llevaba a todos lados.

Al escribirlo había pensando quiénes encarnarían cada personaje y me emocionaba aún más al imaginarme la obra en físico. Muchas actrices pasaron por mi mente antes de encontrar a Débora, Jorge o al particular personaje de Ricardo, pero sé que al final elegí bien y la obra salió como siempre quise.

Tuve dos bandas antes de encontrar a la ideal. Los músicos se lucieron de principio fin. Gracias muchachos, lo hicieron extraordinariamente genial. Me costó encontrar incluso a los coristas adecuados, pero al final lo hice.

Algo que siempre me costó trabajo fue elegir bien al equipo de producción, pero - sin querer queriendo - en esta obra encontré al mejor equipo de la vida. Iniciativa propia, trabajo duro, apoyo, hombros para llorar, personas con quienes reír, con quienes me amanecí durante días tratando de que la obra salga como quería. Eso era lo más paja, ellos me estaban ayudando a cumplir mi sueño y, mejor aún, estaban cumpliendo también el suyo.
Todo valió la pena. Ver a los chicos bailar después de tanto duro ensayo. Verlos disfrutar de lo que hacían, mandarse sonrisas pícaras en escena. Fue alucinante. Ellos fueron los grandes responsables de que todo se haya hecho realidad.

Recordar el Montecarlo me hacía menospreciar indebidamente a otro teatro, pero en este me volví a sentir como en casa, con una nueva familia llena de personas que están allí para apoyar y para que las cosas salgan como deben ser.

Toda la locura de entre cajas y abajo en los camerinos es inolvidable. Mientras la gente ve una historia en el escenario no se imagina el caos (sí, caos) que hay detrás y que es provocado por el inmenso deseo de que todo salga como debe ser. Las cosas se hacen difíciles, especialmente, cuando hay una escenografía de avión en el sitio donde todos corrían a cambiar de extremo de escenario. Pero bueno, igual, todo salió increíblemente genial.

Con este musical me di cuenta de que tengo amigos verdaderos y que, a pesar de que perdí algunos, gané una experiencia maravillosa con la que gané nuevos amigos, conocí personas increíbles y aprendí nuevas cosas que me dejaron lecciones de vida y muchas ganas de volver a empezar. ¿Alguien dijo segunda temporada?, ¿gira? Quién sabe. Los mantendré informados.

Este domingo lloré. Atrás, mientras veía de lejos la obra que había montado con tanto esfuerzo y apoyo de los demás. Porque así es señores, aparte de ser una llorona sentimental, si logré esto fue por el apoyo de mis amigos, compañeros de trabajo, familiares, bloggers y muchas personas más que creyeron en mí y me ayudaron a cumplir, una vez más, la promesa que algún día le hice a mi abuelo.

Y como dije en la despedida, desde aquí, para ti abuelo. Para ti.




Puede haber terminado la temporada, pero no es el final de nada, sino el comienzo de algo nuevo, de algo maravilloso, una experiencia que nunca querré terminar. ¡Arriba Vodevil Producciones carajo!, ¡Se vienen muchas obras desde las tablas de Broadway!

2 comentarios:

Tati dijo...

sii!! lo maximo caro! giraa sii!! yo voi! xD! y segunda temporada siii!!! plzz!!! es demasiado esta obraa!! tienes razon aki hemos conocido a los verdaderos amigoss!! y hemos continuado amistades increibles!! amo el teatroo!!

Imberbe_Muchacho dijo...

pensar que puse mi grsnito de arena para eso de Vodevil... ta que al toque me subo al carro del extio, jajaj
FELICITACIONES CARO!